jueves, 10 de septiembre de 2009

~ Llanto

“…-Detesto llorar, sobre todo con frecuencia. Más detesto aún cuando lloro sin poder controlarlo por cosas o situaciones realmente insignificantes. Detesto llorar, ya lo dije. Detesto sentir aqellas gotas cristalinas deslizándose por mi rostro, desencrespando mis pestañas, acechando mis ojos por querer salir, y recorrer mis mejillas hasta llegar a mi boca. Detesto cuando aqellos cristales se solidifican y qedan marcados por mi rostro, en el curso de un río invisible. Detesto más el no poder evitarlo, el qe duela tanto aqel ser venoso por dentro al hacerlo, y a veces, sin siqiera saber la razón. Simplemente duele y detesto eso. Detesto sentir qe se sale, qe se parte, como si una flecha lo atravesara, como si un simple abrazo lo debilitara, como si un beso lo qebrara-.”

Nergal Lilith { F }

miércoles, 9 de septiembre de 2009

~ Oblivion

Tumbada boca abajo sobre su cama de estilo barroca, cubierta por sábanas de seda color violeta oscuro, meditaba, divagaba en el recuerdo de lo que alguna vez fue, sintiéndose completamente incompleta.

Pensó en lo diferente que era antes, en las cosas que alguna vez hizo, en su manera de pensar, de vivir, de afrontar cada luz mortecina de un nuevo amanecer. Recordó que alguna vez sintió que su existencia se valía de un propósito, propósito que con el pasar del tiempo y las nuevas vivencias que había ido experimentando, había quedado enterrado en el más profundo de los cementerios, dentro de un sarcófago negro sellado con la más poderosa de las llaves: el olvido.

Añoraba poder retroceder el tiempo, para así, de alguna manera poder evitar el vacío que estaba sintiendo dentro y ver cuál había sido la razón de tan radical y destructivo cambio en ella. Ignoraba por qué había sucedido, pero tenía claro que la persona en la que se había transformado era un ser totalmente diferente de lo que alguna vez había sido, aquel tipo de ser que siempre había detestado ver, escuchar y tener cerca; una persona trivial, de esas que hacen las cosas rutinariamente y no aplican ningún tipo de exaltación a su vida.

En tiempos anteriores solía sentir y percibir cosas que pocos podían, solía vibrar con cada acción que realizaba, solía ser apasionada, algo lunática, algo cuerda y algo obsoleta, culta, audaz, reflexiva, un alma que daba cuenta de la belleza de la vida y la disfrutaba a su manera, sumida en sus armoniosos días grises, alejada de la luz del sol y entregada por completo a cada persona que hacía que su subsistencia tuviese aquellos matices rojizos, azulados, violetas y plateados.

-“Si pudiera hacer algo, una simple acción para revertir lo banal que me siento ahora”- se repetía a sí misma, maniática en su pensamiento. Pero sabía que, no era cuestión fácil recobrar formas que alguna otra situación había borrado de su interior.

De súbito se levantó de la cama. Caminó sobre las frías baldosas blancas de su estrecha habitación hacia la radio. Encendió dicho aparato y no dudó en poner el track tres del disco “First and Last and Always” de los Sisters of Mercy. “No time to Cry” era una canción que en tiempos anteriores la había acompañado siempre y que desde la primera vez que la escuchó causó gran impacto en su ya desarrollada adicción a la música. Pero aquellos sonidos emergentes del equipo, aquella voz profunda de Eldritch sonando por los parlantes, aquellos toques de oscuridad y la atmósfera esotérica creada por la canción, no removieron su ser en lo más mínimo.

De hace días que venía intentando reencontrarse consigo misma y no lo conseguía. Éste era otro intento fallido, intento que quizás luego, al igual que el propósito de su existencia, quedaría enterrado en aquel sepulcro.

Debido a lo absorta que estaba pensando en su decadencia, no notó el momento en que Steve atravesó las cortinas aterciopeladas que poseía como puerta, ni tampoco pudo constatar la cara de malicia de éste cuando se abalanzó sobre ella, haciéndola caer estruendosamente al suelo.

Sin duda alguna Steve era una de las personas que más conocía y con quien más a gusto se hallaba. Su sentido del humor irónico, al igual que el de ella, de alguna forma le ayudaban a restablecerse interiormente, claro que con mucha lentitud. Steve había sido una persona importante en su pasado, el hermano que nunca tuvo, que en cierto período de su vida le había dejado a un lado, pero que hace algún tiempo atrás había retornado a ella reconociendo los terribles errores que había cometido y dejando al margen todos los malos momentos y las diversas razones por las que se habían distanciado.

Steve ahora volvía a ella, y junto con él volvía el aroma de antaño que para ella tenía un significado especial: cada vez que lo percibía, marcaba el inicio de una nueva etapa. Steve estaba sembrando la esperanza de poder exhumar aquella tumba, aquella tumba que poseía la razón de su existencia, aquel lóbrego panteón que había sido sellado con la más poderosa de las llaves, el olvido.

Erzsebéth Lilith { F }

viernes, 4 de septiembre de 2009

~ Las Horas

- "Presta atención y escúchate a ti mismo. Las horas pasan. Los días pasan. La vida pasa. La muerte pasa. Y la muerte pasa para llevarnos al lugar de donde venimos, y de donde venimos lo hemos olvidado"

...'Ella corrió por aqel pasillo insostenible en aqel puente de gravilla en medio del mar. Corrió. Hiperventiló. Siguió corriendo. Buscaba una salida, pero ella veía aqel puente tan ancho y tan interminable qe no conseguía encontrarla. Y simplemente no la hallaba, era un solo camino, no había atajos, no había algún callejón oscuro y recóndito en el cual pudiera adentrarse para llegar a la salida antes de tiempo. Pero lo qe ella no sabía era qe la salida estaba allí mismo. En aqel pasillo eterno, en aqel correr de los árboles, en aqel trinar de las aves, en aqel aroma de las plantas, estaba la salida. Por más qe la buscaba y la buscaba no lograba comprender qe se encotraba en ella. Se encontraba en su misma historia, en su plena vida. Y allí no había salida, porqe estaba en ella, porqe la salida era la la vida, y la muerte, qe era la salida qe ella buscaba era sólo el camino para aprender a valorar la existencia.'

Erzsébeth Lilith .'}